Durante la misa solemne de Nuestra Señora del Rosario de La Chiquinquirá, el arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana, hizo un llamado a erradicar de Venezuela la cultura de la muerte, con firmeza pero sin violencia.
El prelado elevó sus oraciones a la patrona del Zulia, pidiéndole volver al pueblo sus "ojos misericordiosos y enséñanos a ser más humanos, compasivos y a perdonar, se necesita valentía y fuerza espiritual para perdonar, nuestra patria clama por mayor humanidad ante tantas muertes violentas causadas por la intolerancia, el odio, el resentimiento y la codicia".
Destacó que cada vez más numerosos devotos se unen a esta fiesta en el Zulia y diversas ciudades del mundo. "Desde que la Virgen de Chiquinquirá decidió surcar el Lago a bordo de La Tablita y desembarcar en sus riberas hace más de 3 siglos se ha tejido entre el pueblo zuliano y María del Rosario de Chiquinquirá, una hermosa historia de amor, donde la grey se ha volcado a su ermita para cantarles gaitas, inspiradas por los favores recibidos curaciones y bendiciones.
De tantos encuentros entre el pueblo y La Chinita, estos días son sin duda los más esplendorosos porque millares de hijos se agolparon a la Madre de La Misericordia, agradecidos por escuchar sus plegarias, atender sus necesidades y consolarle en sus tribulaciones.
"Damos gracias a Dios por haber regalado a este noble pueblo la presencia de la Madre de su Hijo bajo esta advocación del Rosario de la Chiquinquirá. Hoy todos nosotros nos sentimos cerquita de ella como San Andrés y San Antonio cada vez a su tierna figura, nos convencemos de cuanto necesitamos para aprender a vivir como una gran familia y mantenernos firmes en la fe católica".
La Virgen María no tiene otra misión que demostrarnos a su hijo y enseñarnos hacer lo que el nos diga, la verdadera devoción es un encuentro personal con Jesucristo, dijo.
En la Tablita el rostro guajiro se inclina al Nino Jesús y sus ojos achinados se centran en su hijo, esta postura que no nos cansamos de contemplar nos revela la esencia de la vocación de María.
"Venezuela necesita del mensaje de Jesús de la Misericordia, para erradicar la violencia, para aprender a perdonarnos y tenemos que impregnarnos de ese sentimiento de comprensión y tolerancia entre todos. Tantos asesinatos y masacres nos vuelven desconfiados, duros de corazón, crueles, retaliativos e insensibles al dolor ajeno, la sospecha nos roba la solidaridad para con los necesitados", dijo.
Agregó que en tiempos electorales se requiere de un serio empeño para evitar confrontaciones dañinas y transformarnos en herramientas de concordia y paz.
El arzobispo de Maracaibo reiteró que "no podemos proclamarnos seguidores de La Chinita y de Jesús y aceptar actos de crueldad. Enséñanos Madre a vivir con mayor consecuencia nuestro cristianismo. Debemos estar alerta para combatir sin violencia y con firmeza la cultura de la muerte en nuestro país".
El prelado elevó su protesta contra la venta libre en las farmacias de la píldora del día siguiente, por considerar que destruye física y espiritualmente a miles de jóvenes y llena bolsillos de comerciantes inescrupulosos.
Posterior a la consagración del pueblo a La Chiquinquirá, a cargo de monseñor Jesús Guerrero, obispo de Machiques; la sagrada Reliquia de La Chinita, decorada con hermosos ramos exóticos, fue sacada por sus Servidores bajo una lluvia de pétalos de flores y llevada en procesión por la avenida 12 (Padre Añez), la calle 95 (Venezuela), la avenida 4 (Obispo Lazo), la calle 96 (Ciencias) y después regreso a La Basílica. Mientras coros y grupos de gaitas le homenajearon con diversos cantos en su día.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
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